Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Las flores tienen vida propia; respiran, crecen, sienten, mueren, y son la parte más hermosa de una planta. Pero, más allá de su atractiva apariencia, la flor, es responsable en gran medida del complejo misterio de la vida vegetal por cumplir con la función de dar continuidad a su especie, aunque esto no siempre fue así.