Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La arqueología y la etnografía son diciplinas que, en nuestro país, se han enfocado en el rescate del mundo indígena. Desde el nacimiento, el INAH asumió la enorme responsabilidad de recuperar, preservar y difundir tanto ese legado prehispánico como su riqueza actual. Por ello, hombres y mujeres se han dedicado en cuerpo y alma a esa tarea, y a materializar ese compromiso en casos ejemplares como el antiguo Museo Etnográfico.
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