El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Jorge Luis Borges solía afirmar que su origen lector se hallaba en la Encyclopedia Britannica, cuyos volúmenes juzgó como una Biblia moderna por orden alfabético. Esto, sin agotarla, explica, la estética de Borges: sus laberintos simbólicos y literale, que hoy llamamos hipervínculos, son senderos que se bifurcan para congregarse en una sola dirección total: el universo. Como en "El Aleph", todos los hechos, tiempos y espacios "ocupan el mismo punto, sin superposición", y su centro es ubicuo.