Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Desde los tiempos de Darwin, nos han contado que nuestra especie tiende naturalmente a la monogamia sexual. Pero, ¿cómo podemos conciliar la realidad, mucho menos monógama, con este tipo de discurso? En el principio era el sexo, siguiendo la tradición de la mejor literatura histórica y científica, da la vuelta con insolencia a postulados injustificados y a conclusiones sin fundamento, ofreciendo a cambio una forma revolucionaria de entender por qué vivimos y amamos como lo hacemos.