Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Se reúnen en este libro las experiencias de innovación, renovación y mejora de la docencia del derecho de los 44 autores que firman los 28 artículos que conforman la obra. Desde casi todas las especialidades del derecho y bajo una óptica exclusivamente aplicada, se presentan textos breves y concisos sobre experiencias de innovación y mejora, metodologías docentes, sistemas de evaluación, innovación e internacionalización, método del caso, prácticums y actuaciones institucionales en materia de mejora docente.
Completando este elenco experimental, los textos introductorios plantean la necesidad pero a la vez, los límites de una renovación de la docencia del derecho con o sin Bolonia. El planteamiento que subyace en la obra es que la renovación de la enseñanza del derecho es necesaria ante el profundo cambio social y cultural producido en nuestras universidades y en la sociedad en general; compatible, naturalmente, con lo mejor de una herencia centenaria en la enseñanza del derecho. Persigue la mejora del aprendizaje del estudiante y en consecuencia, de su rendimiento académico simultáneamente a un crecimiento sustancial de los estándares de calidad, exigencia y rigor. Incrementar el rendimiento académico a cualquier precio es extremadamente peligroso, pero estimular la calidad y el rigor sin obtener resultados de aprendizaje es estéril.
Las experiencias aquí expuestas persiguen, en suma, incrementar significativamente el rendimiento académico de los estudiantes en un marco, indisociable del anterior, de mejora de la calidad docente, y de la exigencia y el rigor docentes.
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