El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Tras identificar los orígenes, desplazamientos y creaciones de los itzaes, Román Piña Chan logra fundamentar una hipótesis innovadora: no fueron los toltecas los que influyeron en los itzaes, sino éstos quienes determinaron, si bien tardíamente, ciertas concepciones artísticas y aun religiosas entre los habitantes de Tula.