Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
Esta historia capta la sencillez, la espontaneidad y la libertad de una infancia idílica, mientras que la ilustración de Freya Blackwood captura la luz e incluso el olor y la sensación de un día de verano perfecto.