Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
La civilización había corrompido el mundo. Se hacía necesario volver a la sencillez, a la naturaleza. El marqués de Girardin, desde el momento en que leyó los textos de Rousseau, transformó su vida en función de ese espíritu. Formó a su hijo Fernando de acuerdo con los principios educacionales del Emilio; en sus posesiones