Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Un fuego insaciable de recuperación, dice en algún momento el poeta; un fuego insaciable de recuperación, una mezcla de meditación y averno, de desasosiego y triunfo, de lamento e himno; un pasmo de dolor el amor perdido y un pasmo de riqueza emocional y verbal el poeta se enfrenta a las palabras, a los múltiples y profundos significados de las palabras, y transcribe el insaciable telegrama del Incurable aquel que ahora lo entiende todo, aquel que arroja al vacío del amor toda la pasión y todo el fasto del lenguaje. Hacía mucho tiempo que la poesía no nos daba un gran poema, e Incurable es un gran poema con creces una extraordinaria lección de intimidad con la inspiración y de dominio sobre la forma. Delirio, meditación, cascada, océano; los tres lustros de trabajo poético de David Huerta alcanzan en Incurable poema precioso sin preciosismos, poema llano que no desdeña la extravagante orfebrería de lo hermético ni la violencia revelatoria, poema inspirado que respira por la herida y por el verbo una maestría admirable y conmovedora. Incurable es un momento clave en la poesía de nuestra lengua.