Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Todos los sías deben ser días mundiales del teatro, porque en estos veinte siglos siempre ha estado encendida la llama del teatro en algún rincón de la tierra.
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