Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El desasimiento, la lujuria, la vejez, el incesto, la separación, el desasosiego son las temáticas de la obra de Inés Arredondo (Culiacán, 1928-DF, 1989), cuya necesidad de escribir como antídoto contra la desventura y la congoja persistió en sus años de enfermedad, fármacos, hospitales, soledad, desamor. Aquí sus tres libros de cuentos La señal (1965), Río subterráneo (1979) y Los espejos (1988), donde una voz femenina en trance creativo revela el lado turbio de la realidad y de la existencia misma. Hay narrativas confirmadoras de las seguridades del lector, reconfortantes en su legibilidad, pero ésta, con fines estéticos y artísticos de mayor calado, aviva la inquietud por incierta y enigmática