El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
En El arte de la fuga, como en la música, los temas son retomados y respondidos, reemprendidos y modificados, no por distintas voces en este caso, sino en distintos tonos que se contrastan y conviven armónicamente: así pasamos del recuerdo de infancia al diario de escritura, del retrato a la crítica literaria, del cuento a la crónica. Capaz de todos los temas y tonos, en este libro Pitol es un lector maravilloso y un narrador de primer orden. Con una nueva libertad, goza de relatarnos lo que piensa y de pensar cómo relata él y cómo relatan otros, a más de establecer un interesantísimo registro de su evolución como escritor, en la que participan la cercanía de otros escritores, la lectura y la traducción de grandes obras, el viaje y la estancia en distintos países, y los ingratos avatares del nuestro.