Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Una amplia selección de las cartas que forjaron una esperanza y, con el tiempo, un país nuevo. El retrato más íntimo de un hombre excepcional.
Mandela fue condenado a cadena perpetua en 1962. Tenía 44 años y pasaría 27 entre rejas, 18 de ellos en el tristemente famoso penal de Robben Island, donde los presos eran sometidos a un trato inmisericorde. Nunca flaqueó, jamás perdió la dignidad: ni renunció a sus principios ni permitió que la sinrazón lo envileciera. Durante los 10.052 días de cautiverio escribió cientos de cartas.