Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Una magnífica reflexión sobre cómo nuestros prejuicios condicionan nuestro presente Abel Kaplan conoce a Eva, el amor de su vida mientras estudia historia en la universidad. La familia judía de ella lo acoge como a uno más y, por primera vez, Abel siente que ha encontrado su lugar. Sin embargo, la ausencia de hijos y su frustración al ver que su carrera de escritor no termina de despegar, hacen que la relación se desmorone y acaban por separarse muchos años después. Siguen manteniendo la apariencia de estar casados para el círculo de la alta sociedad al que pertenecen, pero en realidad, más allá de algún encuentro sexual esporádico, su relación está completamente rota. Kaplan acepta un trabajo de maestro en una escuela islámica con la esperanza de no llamar la atención, de pasar desapercibido y diluirse en un entorno que le exige poco, pero con el tiempo y el contacto con sus alumnos, su sentido de la justicia le obliga a actuar. Su preocupación por un alumno que sufre bullying hará que salga de su inmovilismo. Además, encuentra un diario que despierta su interés por la Segunda Guerra Mundial, la cual su familia nunca sufrió de primera mano, pero cuyas repercusiones Abel siente claramente en la sociedad que le ha tocado vivir.