Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Un magnífico estuche que contiene cuatro novelas con cuatro perspectivas diferentes de un mismo conjunto de personajes, frente a los acontecimientos que tienen lugar en Alejandría y Egipto, antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Por su ambición y radical originalidad en el planteamiento, que en buena medida es deudor de la teoría de la relatividad de Einstein, El cuarteto de Alejandría ha ensombrecido el resto de la obra narrativa de Lawrence Durrell, y sin duda es la obra que le hizo más conocido y le otorgó un lugar de honor en la historia de la literatura. La alternancia de perspectivas, de espacios y tiempos, el cuidado en la exposición de los acontecimientos, en algunos casos con más de una versión, y la cuidadosa prosa que caracterizan El cuarteto de Alejandría situaron a Durrell como uno de los grandes autores del siglo, como un clásico contemporáneo con el que nacía un nuevo modo de narrar, y que por el modo desprejuiciado de tratar temas como la amistad, la infidelidad o el sexo captaron la atención de un público muy amplio. El cuarteto de Alejandría comprende cuatro novelas que deben leerse como una sola obra. Cuando buscaba una forma para el texto, elegí, como burda analogía, la teoría de la relatividad. Las primeras tres novelas se relacionan entre sí por contigüidad, pues son hermanas entre sí y no secuelas unas de otras. La cuarta desencadena la dimensión del tiempo y fue la única secuela concebida como tal. El todo buscaba desafiar la forma serial de la novela convencional esa novela del momento, saturada de tiempo. Lawrene Durrell