Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Sumergido en una profunda crisis tras la muerte de su madre,
Eric J. Noomster desciende a lo más profundo de sí para
habitar su propio laberinto y no hacer frente a aquello que
está afuera y lo lastima. La invención de realidades ocupa el
gran vacío que la culpa y la pérdida provocan en un ser tan
susceptible como Eric. Es así como se inicia un largo recorrido
que oscila entre sueños y pesadillas y que, al final, llevarán al
personaje a hacer de su historia lo que él quiere que sea, tal
vez, lo que siempre quiso que fuera.