Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Érase una vez un cura que tocó una campana la madrugada de un domingo y levantó en armas a todo un pueblo cansado de trecientos años de opresión. Vendrían una guerra que duraría más de una década, una monarquía, golpes de Estado, la república, un caudillo apostador, la pérdida de la mitad del territorio, un zapoteco que llegó a ser presidente, la exclusión de la Iglesia y la consecuente batalla entre liberales y conservadores, otra intervención y otro imperio, un dictador afrancesado y el inicio de un nuevo conflicto armado. Así fue el convulso siglo XIX mexicano. En esta segunda entrega, Alejandro Rosas y Sandra Molina, con una mirada distinta que permite redescubrir el pasado y despertar la curiosidad del lector, abordan uno de los periodos más intensos y cruciales de nuestra historia: el del México independentista que enfrenta el desafío de construir una nación soberana.