Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Las canciones de Nirvana inundan el ambiente; es octubre de 1991 y a la par de un incidente que confirma las sospechas del pueblo sobre el culto al satanismo, surge una amistad entre dos chicas completamente opuestas Lacey Chapman, una ferviente admiradora de Kurt Cobain, y Hannah Dexter, una chica brillante, solitaria y fácil de impresionar. Lacey logra alejar a Hannah de una vida tranquila y conducirla a un torbellino de obsesión, rebeldía y riesgos. Playlist para un incendio es una inolvidable historia de los noventa, un culto a las camisas de franela, a las guitarras distorsionadas y, especialmente, al desencanto y la apatía de los adolescentes que prefieren desaparecer antes que sobresalir.