Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La tensión estaba en el aire. La ciudad de México era un hervidero reaccionario y porfirista donde los generales que juraban fidelidad al presidente Madero conspiraban por las noches para dar un golpe de Estado. ¿Pero qué ocurrió exactamente durante aquellos días de febrero de 1913? Paco Ignacio Taibo II hace una reconstrucción minuciosa de la confabulación: su gestación en octubre de 1912 en La Habana, un corrupto embajador norteamericano presionando para que el levantamiento se lleve a cabo, las calles del centro tomadas por el ejército la traición se respiraba por toda la ciudad. Pero el presidente no quería verlo. Gustavo, su hermano, se lo decía: "Nos van a matar a todos". Y así sería.