Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El general Panfílov sosiega a quien lo escucha hablar, y las palabras que dirige a sus soldados -hombres al filo de la batalla petrificados por el miedo- resuenan apacibles: les narra la historia del teniente Baurdján Momish-Ulí, comandante de un batallón del Ejército Rojo durante la segunda Guerra Mundial y su heroica defensa de Moscú, sitiada por los alemanes. Amor, patria honradez, conciencia, honor. el relato no sólo conmueve por su veracidad, sino que al mismo tiempo nos permite comprender acontecimientos historicos que conmocionaron al siglo xx.