Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En el gran palacio de la emperatriz vive una niña huérfana llamada Nada. Se desliza entre las sombras de la Corte sin ser vista por nadie, excepto por el Gran Demonio del palacio y por su verdadero amigo, el príncipe Kirin, heredero al trono. Cuando Kirin es secuestrado, tan solo Nada y el guardaespaldas del príncipe sospechan que podría haber sido raptado por la Hechicera que devora Doncellas, una mujer poderosa que ha acosado a la región durante décadas. La Hechicera nunca se ha molestado en raptar a niños antes, pero Nada ha dejado al descubierto muchos secretos en los dieciséis años que ha vivido en palacio, incluyendo algunos sobre el príncipe.