Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
En Mantequilla, champaña y otros antojos para fiestas, funerales y fantasmas, Erika, mediante las imágenes nítidas que apelan a todos los sentidos y a las cuales nos tienen acostumbradas, una vez más nos hace partícipes sensoriales de sus relatos.
Cada uno de estos cuentos es un bocadillo que se cata, se goza y, de inmediato, se quiere paladear el siguiente.