Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Lord Orlando, un joven cortesano inglés con aspiraciones literarias, descubre un día al despertar que se ha convertido en una mujer. Su verdadera esencia sigue siendo la misma, pero la vida de lady Orlando cambia de manera radical: por un lado, tiene que enfrentarse a los prejuicios de la época, pero por otro adquiere el don de la inmortalidad. Orlando vive más de 300 años, pero solo envejece en apariencia hasta los 36, lo que le convierte en testigo de un mundo cambiante que sirve de excusa a Virginia Woolf para presentarnos una refinada parodia del género biográfico y una sátira brutal del sexismo. Nos hallamos ante una obra inmortal en todos los sentidos, una carta de amor a la literatura, la libertad sexual y la vida. La novela más optimista de una de las mentes más brillantes y revolucionarias del siglo XX.