El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Cuando la cometa de un niño queda atorada en un árbol, la imaginación será el lÃmite para intentar bajarla arrojándole toda clase de objetos. Al final, casi con una ciudad encima, el árbol culpable deja caer la pequeña cometa, que resbala suavemente hacia el niño. Ahora, el problema será bajar el mundo que ha quedado atrapado entre las ramas del árbol.