El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Este libro propone una lectura que rompe tal división artificiosa entre buenos y malos, insurrectos y gobiernistas, para comprender una crueldad que remite a la normalidad de lo atroz, al exterminio de personas entre los resquicios de las reglas universales, al orden constituido, a las relaciones entre México y la mayor potencia del planeta los Estados Unidos. Debo hablar afirma González Rodríguez de lo que nadie quiere ya hablar. Contra el silencio, contra la hipocresía, contra las mentiras, habré de decirlo. Y lo hago porque sé que otros como yo, en cualquier parte del mundo, comparten esta certeza el influjo de lo perverso ha devorado la civilización, el orden institucional