El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Ante el colapso de las grandes ideologías en el siglo XX, y la emergencia de nuevos fundamentalismos religiosos, necesitamos pistas sobre la crisis global de nuestra civilización. Para detectarlas se requiere un repaso de la tradición bíblica en sus tres corrientes, la cristiana, la islámica y la judía, que de paso han incorporado el pensamiento griego clásico y provocado el surgimiento del pensamiento laico. Es el propósito de este libro comparar sus diversos enfoques e interacciones respecto a cuatro ejes: la relación con la fuente común que es el Antiguo Testamento, la manera de interpretar esos textos sagrados, sus respectivas definiciones de la historia, y por fin sus diversas utopías de justicia y buen gobierno. Un ensayo intemporal pero de lectura urgente para hoy.