Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Basada en hechos reales que escandalizaron a México hace menos de un lustro, 41 [/I]cuenta dos historias paralelas que sólo el lector podrá unir a medida que avance en la enigmática intriga. Por un lado, la vida del Japonés, pequeño habitante de un mundo sórdido en donde drogas, violencia intrafamiliar, incesto y pedofilia serán siempre un lugar común.
Por el otro, la investigación policial que los ya conocidos judiciales Sabino y Román realizan sobre los misteriosos crímenes perpetrados en contra de homosexuales, entre quienes se encontrará el hermano de un político importante.
La búsqueda de pesquisas para dar con el asesino irá abriendo, además, una ventana no sólo para mostrar el lado más oscuro de la política mexicana -su corrupción, sus redes de pornografía infantil, sus traiciones y venganzas-, sino también para ponderar, mediante la ironía, el humor negro y hasta el sarcasmo, los agónicos pero aún vivos valores de la amistad y el amor filial.