Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
En Una vida, Álvarez regresa una y otra vez a un planteamiento que permanece, a sus 86 años, como una pregunta inquietante, como una sombra que permea y tiñe la revisión que emprende de su infancia y juventud: ¿qué habría pasado si aquello jamás hubiera sucedido? Claro está, el hecho definitorio y definitivo es el exilio; y además, por supuesto, la Guerra Civil y la llegada del autoritarismo franquista. Álvarez sabe que "la historia nos ha vivido". Al comienzo de sus memorias, el autor considera que el fin de su vida se acerca y compara su situación actual -el paso del tiempo, la muerte cada vez más cercana- con la del hombre instalado frente al pelotón de fusilamiento.