Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
El periodismo en general y el cultural en particular suele tener una vinculación estrecha con la literatura: la imagen emblemática es la de Gabriel García Marquez, quien siempre se consideró reportero.
Y si nos vamos bastante más atrás, en la tradición mexicana podríamos nombrar a Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez o Ignacio Manuel Altamirano, por mencionar sólo a algunos; sin olvidar, por supuesto, plumas más contemporáneas, como las de Alma Guillemoprieto, Jon Lee Anderson, Cristina Pacheco o Leila Guerriero