El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Han transcurrido más de veinticinco años desde la publicación de La casa de los espíritus escrita por Isabel Allende (1942), una casi desconocida chilena exiliada en Caracas que, para sacarse del alma los fantasmas, tomó la pluma en enero de 1981 y no paró hasta enhebrar más de quinientas páginas, como un exorcismo.