El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
La Clarice cronista, al igual que en la narrativa, es muchas veces el ama de casa que se enfrenta a los problemas domésticos, pero es también la mujer que semana a semana envía a la criada a entregar estos textos de los que pedía no se moviera una sola coma o que le fueran devueltos para después descubrir que son el germen con el que nacieron poemas como El dolor y El niño o los cuentos Es para allá que voy y Los desastres de Sofia