Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La novela se centra en la vida de los Pyncheons, cuyas generaciones se ven atrapadas por una extraña maldición surgida de la codicia de uno de sus antepasados. Ese deseo vehemente desata la venganza que marcará el porvenir de sus descendientes y los llevará a una permanente pugna con otra familia de Nueva Inglaterra. En dicho lugar, la vieja y lóbrega casa habitada por los Pyncheons figura como testigo de las intrincadas relaciones que se tejen en su interior y guarda los más oscuros secretos de sus integrantes. Escrita en 1851, La Casa de los Siete Tejados narra no sólo una historia de misterio con puritanos y aristócratas decadentes, sino que expone la manera en la que los defectos, las flaquezas y las pasiones pasan de un pariente a otro, evidenciando con ello el arraigo que tienen las herencias tanto materiales como espirituales y el tormento que conlleva cargar el peso de la culpa.