Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
¿Qué se aporta con la publicación de este tipo de transcursos educativos y de producción de obras interdisciplinarias? ¿Cuál es la pertinencia de publicar nuestras vivencias pedagógicas transformadas en casos posibles de aprendizaje? En primer lugar creemos que con estas escrituras en progreso nos sobreponemos a la idea misma de una saber concluido o un contenido terminado y así disponible para la transmisión; y ello es particularmente cierto en esta problemática interdisciplinaria. Se trata de que las sesiones de enseñanzaen su sentido tradicional dejen de ser asimétricas, pues stricto sensu no hay un materia para comunicaar desde el polo del docente, como tampoco hay un saber-hacer que esté ya disciplinado (mathesis) para su enseñanza, tal como lo concibe Platón en su obra República.En este libro colectivo, cada uno de los escritos viaja por sí mismo, persigue una ruta propia; no obstante, todos se orientan a un compartido horizonte temático, la multiplicidad y la transversalidad en la pedagogía del arte. Es de esperar que, precisamente por esta forma germinal, los tópicos se diseminen y muestren su capacidad fecundante, que se dilucen los interrogantes y las certidumbres que subyacen en esta problemática primordial para generar nuevas vetas comunicantes entre estratos y universos de signos.