Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En 1910 el pueblo mexicano se levantó en armas contra la dictadura de Porfirio Díaz para exigir democracia y justicia social. La insurrección conincidió con un invento reciente: el cine. Ésa fue la primera revolución que se filmó de manera amplia. Las cámaras registraron las cargas de caballería, las carabinas 30.30, los desplazamientos de la tropa en los ferrocarriles, la irada cómplice de las soldaderas. Algunos revolucionarios sintieron el impulso de dispararle a los relojes que adornaban los edificios. Así pretendieron inmortalizar el momento, como si el tiempo se detuviera para siempre. La Revolución de 1910 fue un grito de rebeldía y descontento. Las cámaras del cine y los relojes detenidos fueron sus testigos.Cien años después, diez directores mexicanos volvieron a tomar las cámaras. También dieron cuerda a lso relojes para que el tiempo continuara. Esta película cuenta historias de México en 2010. Desde el presente, discuten el pasado. Las cuasas, los desafíos, las ilusiones y los desengaños de 1910 no han dejado de ser actuales. Así lo cuentan estas diez historias. Con otros nombres y otras circunstancias. En el mismo país.