Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
¿Por qué se estudia historia?
Los titulares de los periódicos y otros medios de comunicación como la radio y televisión, informan a diario sobre la guerra en el Sureste de Asia, sobre el conflicto en el Oriente Medio y sobre acuerdos o tensiones entre las dos Alemanias. Mencionan igualmente con frecuencia a personas como Hitler, Churchill, Roosevelt o Mussolini, quienes no hace muchos años ocupaban a diario las primeras planas de los periódicos. ¿Cuál es el origen de estos conflictos? ¿Por qué existen dos Alemanias? ¿Qué papel desempeñaron las personas mencionadas?
Estas son preguntas que mucha gente se hace, pero son pocos los que pueden dar una respuesta adecuada. Gran número carece por completo de información, otros tienen una idea muy vaga, o lo que es peor, prejuiciada y sin ningún fundamento o información profunda, simpatizan con algunos de los personajes o países en conflicto, o bien destestan.
Toda persona de mediana cultura, pero sobre todo aquellos que desempeñan puestos de responsabilidad, tienen el deber de conocer el medio en que les ha tocado vivir, el origen de las distintas pugnas que convulsionaban actualmente al mundo, así como el contenido de las diversas ideologías que dividen a la humanidad.
El propósito de los cursos de historia que ahora se ofrecen es iniciar al estudiante en el conocimiento de acontecimientos pasados que han contribuido en alguna forma a moldear nuestro mundo actual: sus logros culturales, científicos y tecnológicos, sus formas de organización política, económica y social, y también sus ideologías y conflictos.