En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
A ustedes les consta. Ustedes, lectores de ese género periodístico y literario, la crónica, Sony han sido testigos y en ocasiones y de modo preciso, actrices y actores de una admirable operación informativa y creativa. Los elementos están allí: el don de síntesis, la eficacia descriptiva, la pasión, la ironía, el sentido del detalle. Todo o casi todo está cifrado en este discurso: las nuevas y viejas costumbres, la resistencia y el relajo del pueblo, las variedades del habla y la imaginación, el pesimismo y las esperanzas que se oponen o se integran. Sin didactismo, con escepticismo o entusiasmo, en la crónica tienen cabida la pequeña y la gran historia, la moda y la denuncia, la frivolidad y la lucha de clases, la amnesia programada y la memoria de las devastaciones. En la presente antología de dos siglos de crónica en México, los ejemplos lo reiteran: de Manuel Payno y Guillermo Prieto a Juan Villoro, Magali Tercero, Héctor de Mauleón y Fabrizio Mejía Madrid, una tradición de primer orden se consolida en el espacio delimitado por las virtudes de la prosa y los intereses múltiples de los lectores.