Estos testimonios han permitido a los historiadores tener una perspectiva distinta, más rica y vivida, de la revolución ya que además de los datos se descubre a los protagonistas; casi todos los narradores eran niños en aquellos años y hablan de su infancia y de las personalidades y alegría por lo que pasaron. Se trata de testimonios originales y por lo tanto necesarios para comprender la realidad actual, pues la conciencia del pasado es lo que hace posible un proyecto de futuro.
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Rutas de Campo, Segunda Época, Julio-Diciembre 2017 No. 2