Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Este tercer y último tomo de la edición mexicana de los Diarios de Max Aub comprende una selección de textos fechados entre los años 1967 y 1972. Selección que he realizado, como en el caso de los dos volúmenes anteriores, en función de su calidad literaria o interés testimonial.
Como editor de estos Diarios quiero constatar mi impresión de que Max Aub experimentó una creciente interés por unas anotaciones que realizaba casi a diario, pues tanto su extensión como su calidad van aumentando progresivamente durante estos seis últimos años de su vida. Buena prueba de ello lo constituyen las reelaboraciones y ulterior publicación en tomos sueltos como "Enero en Cuba", sobre su estancia en aquella isla revolucionaria entre el 22 de diciembre de 1967 y el 24 de febrero de 1968, y ?La gallina ciega. Diario español, sin duda el de mayor ambición literaria, en el que, tras treinta años de exilio, refleja su amarga experiencia de encuentros y sucesivos desencuentros, entre el 23 de agosto y el 4 de noviembre de 1969, en aquella España franquista.
Manuel Aznar Soler