El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Los animales que viven en este pequeño paraíso se olvidaron de que
la naturaleza nos ofrece todo gratuitamente, sin pedir nada a cambio.
Ellos pensaron que podían hacer las cosas mejor que la naturaleza y
quisieron demostrarlo, pero se equivocaron.
En la vida, no se trata de hacerlo mejor que la naturaleza sino de
hacerlo junto con ella y en armonía. Esa es la moraleja de esta fábula.