Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Desde muy pequeño, Guillermo González Camarena mostró un particular interés por la ciencia, lo que más tarde derivó en la invención de la televisión a color. Un amigo entrañable nos relata la dedicación y el mundo particular de este genio.