Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Max Aub (1903-1972) pertenece al notable grupo de transterrados españoles que, desde finales de la década de los años treinta, vino a enriquecer la vida intelectual, artística y científica de México.A los once años de edad, Aub dejó París, ciudad en que nació, para trasladarse a Valencia, donde se formó y desarrolló como escritor polifacético, ya que no le fueron ajenos la dramaturgia, la narrativa, la poesía y el ensayo.Por su fervor republicano y su resistencia al fascismo, tuvo que abandonar España y exiliarse por un periodo de treinta años. De esta dolorosa experiencia se nutre buena parte de los Diarios, cuya publicación, en varios volúmenes, hemos iniciado. El lector hallará también en ellos, las impresiones, opiniones y experiencias de un hombre complejo y brillante, del que aún no se ha valorado cabalmente su herencia intelectual y literaria.
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