Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Cierra los ojos. Imagina un espacio sin límites. Imagina los movimientos de una partida de ajedrez perfecta. Imagina que el número 4 pudiera decirse de muchas maneras diferentes. Imagina los acontecimientos infinitesimales que pueden conducir a que estalle la revolución en un país. Imagina una tribu que, por no saber contar, no planea nada que se prolongue más de un día. Imagina a Shakespeare descubriendo el número cero y las dimensiones de una ausencia. Imagina que pudieras leer un libro de una infinidad de maneras distintas.Me llamo Daniel Tammet y soy sinestésico percibo los números con colores y siluetas. En mi cabeza, contar es como pasear por un bosque. Tengo diagnosticado, además, el síndrome del sabiopuedo aprender un idioma en una semana y recitar decimales del número pi durante cinco horas por eso me dieron un Guinness Los números primos poseen para mí la belleza de la poesía. Cada mañana me siento en mi escritorio y me pregunto