El presente breviario compara dos conceptos radicalmente opuestos de la moralidad, los de Aristóteles y Spinoza, ambas las más plausibles de todas las filosofÃas morales. Examina la relación entre intuiciones morales y teorÃa moral, y las ideas contrastantes de normalidad moral y conversión moral.
Se podría clasificar a Muerte parcial como una pieza de pura malicia o de malicia pura. Su íncipit -porque también el teatro puede trabajar con íncipites- parece extraído de una noticia periodística: cinco cadáveres, con los rostors ensangrentados, son iluminados por el flashazo de un fotógrafo.La obra se desencadena luego con vidas que se antojan paralelas: dos parejas, dos conflictos de personajes suspendidos en el limbo -en el círculo de cal de la imaginaaria, donde espera su turno el próximo bateador-, sometidos a una muerte parcial, deseosos de vivir ¿desde la muerte? una segunda oportunidad. Del thriller prometido a la atmósfera del absurdo; a un universo donde los cuatro protagonistas aguardan, como quien espera a Godot, la llegada o la aparición de un cincuentón de nombre vulgar: Ernesto Velarde.Muerte parcial, el thriller y la irrealidad, transita con una soltura expectante.Vicente Leñero