Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
Escribir un relato en esta época es una tarea imposible, inútil, pretenciosa y agotada históricamente. Lo más que se puede hacer es explorar la arqueología de lo que podría ser o haber sido, reconstruir un texto borrado, sugerir un itinerario de lectura. Vitrina del anticuario, de Felipe Vázquez, carece de la mayoría de los elementos que podrían justificar su inscripción, no sólo en el relato, sino en todo el género narrativo. En lugar de ello, propone una serie de piezas proto y metanarrativas, juegos intelectuales, librescos, sofismas extendidos. Aquí radican su mayor acierto y su mayor desafío. La propuesta habla de un libro insólito, contenido y agotado en sí mismo y sin embargo - como el palimpsesto que pretende ser- lleno de profundidades verticales. Y los resultados ofrecen una obra pirotécnica y desmesurada.Agustín Cadena