El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
En Dios tiene tripas hay textos que hablan de las fuentes y las representaciones de niños orinando; los elementos del cuarto de baño; grafitis en los baños públicos; las fiestas y los baños públicos como una reflexión sobre la monetización de esta experiencia vital y su relación con la muerte y el dinero.