Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Durante años el teatro para niños ha sido una de las asignaturas más pendientes del teatro mexicano. En esta edición de La Centena encontramos dos obras de Maribel Carrasco, una de las autoras más serias y consistentes que se han acercado, tanto en la escritura como en la puesta en escena, al universo de los niños. Carrasco, como en otros de sus textos, enfrenta a los niños con problemas reales por medio de un lenguaje fino, delicado, humorístico y pleno de inteligencia. Como homenaje a la ópera, La venganza del gato Boris es un viaje musical que abre la imaginación y la posibilidad del gran espectáculo y también una reflexión sobre la amistad y la traición. Mientras que Morritz y el pequeño Mons, de manera por demás ingeniosa, nos introduce con novedad en uno de los temas recurrentes de los niños: el miedo, la oscuridad y sus enigmas, la pipí como sucedáneo de la parálisis nocturna ante el terror que causa cruzar el umbral de la puerta y el corredor sin luz. Ambas obras nacen de preocupaciones que tienen los niños reales y retratan parte de su mundo y de su imaginación. Aquí hay algo más que buen teatro para niños hay, simplemente, buen teatro.