Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Esta novela pudo iniciar con una tortura: Cuauhtémoc, el águila de desciende a la que fue conocida como Venecia la Rica, observa displicente como les queman los pies a dos hombres barbados, semidioses falsos, en busca del tesoro robado a Motecuhzoma en aquella lejana Noche Triste que registra la primera guerra ganada por los mexics a un ejercito extranjero. Pero Marcial Fernandez, autor de esta novela de humor negro, prefiere tal escena para la versión cinematografica de Máscara de Obsidiana.
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