El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Víctor Weinstock nos incita, desde las primeras líneas, no tanto a descubrir la obra como invalida. Su huida cociente y alevosa del teatro como un lugar solemne apunta a un espacio que aspira más a la desbandada de los sentidos que a su recogimiento.