Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Praga, 10 de agosto de 1942. Hans Krasa, compositor y director de orquesta checo de origen judío, es arrestado por la SS y enviado al campo de concentración de Theresienstadt. Tenía 42 años. Junto a él, son confinados los compositores Gidenon Klein, Pavel Haas y Victor Ullmann, y un buen número de músicos y cantantes. Los mandos nazis, encabezados por Adolf Eichmann, quieren convertir a Theresienstadt en el campo modelo donde mostrar al mundo que a los judíos no sólo no se les extermina sino que se les permite mantener una vida cultural intensa y componer e interpretar música al más alto nivel. Hans Krasa y sus compañeros, que no se engañan sobre el destino que les espera, aceptan el juego diabólico que proponen los nazis con el objetivo de sobrevivir. La música como única forma de evitar el envío al campo de exterminio de Auschwitz y de hermanar a la humanidad condenada. Junto a todos ellos, otro personaje protagoniza esta novela: Elisabeth von Leuenberg, de origen noble y una de las científicas más prominentes de la Alemania nazi. Con todos estos personajes, Xavier Güell ha escrito un fresco grandioso sobre la lucha del arte contra la barbarie, sobre el dolor y la superación, un homenaje bellísimo a la música cuando ésta alcanza el límite de la sensibilidad humana. Una historia de amor profunda y apasionada, como sólo se vive cuando cada día puede ser el último. Una novela que quien el empiece no podrá abandonarla.