Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Ningún conocimiento oculto ha sido tan celosamente guardado como los fragmentos de las enseñanzas herméticas, los que han llegado hasta nosotros a través de las centurias transcurridas desde los tiempos del Gran Fundador, Hermes Trismegisto, el elegido de los dioses, quien murió en el Antiguo Egipto, cuando la raza actual estaba en su infancia. Es estas palabras se resume lo que es El Kybalión nada menos que la obra cumbre del ocultismo universal. La obra de Hermes es la prístina alfaguara de donde brotan las aguas de la gran verdad espiritual que han hecho germinar tantas y tan extrañas religiones y mitologías a lo largo de la historia. Más a pesar de estas variaciones exotéricas y corruptibles, la verdad original enseñada por Hermes, esotérica e incorruptible, ha sido guardada intacta, en su pureza primitiva, por un reducido número de hombres que en cada época reservaron su conocimiento para aquellos que estaban prontos para comprenderlo.